21 países de Asia y el Pacífico
entre los que están economías enormes como China, EEUU, Japón, Rusia, y otras
pujantes como Australia, México, Colombia, Singapur— ha dejado este sábado, en
su segundo día, muy claro que en el mundo en este momento hay dos corrientes opuestas. Por un lado, están los países asiáticos y la mayoría de los
latinoamericanos, que tras el giro reciente en Argentina, Brasil y Perú, están
apostando por aumentar el libre comercio en el planeta. Ese es el eje de la
cumbre. Más libre comercio pero con una mejor redistribución de los beneficios
para evitar la reacción de la población ante los empleos que se están
perdiendo. Lo que nadie explica es cómo se hará esa redistribución.
Por el otro lado, está el nuevo
EE UU que acaba de votar como su líder a Donald Trump y su política
proteccionista; y Europa, que tras el Brexity el miedo al éxito de Marine Le
Pen en Francia y otros movimientos en otros países también parece tener dudas sobre
los efectos del aumento del libre comercio.
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Esas dos corrientes no se han
chocado en Lima porque Trump no ha acudido, pero parece evidente que ese
conflicto está a punto de explotar en cuanto el republicano tome posesión en
enero. Y los países asiáticos y latinoamericanos representados en APEC lanzaron
mensajes claros de que si Trump apuesta por el proteccionismo, ellos
continuarán su senda sin EE UU. John Key, primer ministro de Nueva Zelanda,
resumió con claridad el sentir general: “Nosotros podemos renegociar el
[Acuerdo Transpacífico] TPP para lograr que a Trump le parezca bueno. Si EEUU
no quiere libre comercio, los demás vamos a seguir adelante porque creemos en
él”.
En privado, las reuniones iban
por la senda de ampliar los acuerdos de libre comercio; incluso alternativos al
TPP que lideró Barack Obama y dejó fuera a China, según fuentes del Gobierno
peruano. El gigante asiático es el gran protagonista de la cumbre porque es el
enemigo número uno de Trump —o al menos eso apuntó en su campaña—, y piensa
defenderse con sus aliados asiáticos y latinoamericanos ocupando aún más
espacio en la región. Xi prometió reducir el proteccionismo chino como
respuesta a Trump y trabajó en Lima para promover un acuerdo alternativo al TPP
liderado por Pekín. “Vamos a abrirnos más. Vamos a abrir más campo de juego
parejo para las empresas chinas y extranjeras. Las empresas internacionales
podrán compartir el crecimiento de China y sus oportunidades. Vamos a
involucrarnos en la globalización para promover un desarrollo compartido,
tenemos que lograr que se compartan los frutos del desarrollo con mejores
mecanismos de redistribución. Vamos a agrandar la tarta y repartirla mejor”,
dijo Xi después de glosar las bondades del libre comercio.
Uno tras otro, los presidentes
hablaban en ese sentido, como un mensaje repetido a Trump, el gran protagonista
ausente. “Tenemos que mandar un mensaje muy fuerte, estos 21 países de APEC
deben lanzar un mensaje inequívoco al mundo de que el comercio continúa siendo
precioso para el crecimiento del mundo. Si EEUU no quiere el TPP nosotros vamos
a buscar un acuerdo Asia-Pacifico sin EEUU que incluya a China y también a
Rusia”, dijo el anfitrión, el peruano Pedro Pablo Kuczynski. Más suave fue el
mexicano Enrique Peña Nieto, que evitó toda crítica a Trump. “Vamos a abrir una
nueva etapa en la relación con EEUU. Queremos privilegiar el diálogo para
construir una nueva agenda. Se abre una gran oportunidad, yo soy
optimista". Aunque también añadió: “México seguirá siendo un ferviente
creyente en la apertura comercial. No nos dejemos confundir con estos
sentimientos proteccionistas. La globalización ha reportado más beneficios que
perjuicios”.
Mientras, Obama, que también
acudió a Lima, optó por un perfil más bajo y en vez de intervenir en público en
la cumbre, el día en el que hablaban Xi y el ruso Vladimir Putin, se fue a una
universidad a charlar con jóvenes emprendedores peruanos. Y allí trató de
calmar la inquietud: "Es importante que le den una oportunidad a Trump.
Una cosa es la campaña, otra cosa es gobernar. Existirán tensiones sobre todo
en relación al comercio. Trump defendió reestudiar todas las políticas
comerciales. Pero cuando vean cómo está funcionando verán que es bueno para
EEUU. No asuman lo peor. Esperen", les dijo a unos jóvenes que en sus
preguntas mostraban su desolación por la victoria del magnate.
Obama tuvo contactos discretos
con los líderes pero, ya de retirada, evitó una respuesta pública a esas
invectivas de los otros dirigentes contra la posibilidad de que EE UU gire
hacia el proteccionismo. La cumbre de APEC se ha convertido en un espacio
incómodo para Obama, que tendrá su última oportunidad de estar cara a cara con
Putin después de las tensiones de los últimos años y también tenía previsto
reunirse con el chino Xi. Además se vería con los 12 líderes que se han sumado
al TPP, el gran acuerdo que dejó fuera a China, pero no puede decirles si Trump
seguirá adelante con él. Lo más probable, según la prensa estadounidense, es
que EEUU se quede fuera. Por tanto Obama no puede hacer mucho más en esta
cumbre que pedir tiempo para ver cuáles son las primeras decisiones de Trump.
¿Contra el TPP?
Xi, además, marcó la forma en que
China cree que se debería dar la integración comercial. "Necesitamos un
marco regional que dé igual voz a todos. Los arreglos cerrados y exclusivos no
son la alternativa", afirmó, en lo que pareció una crítica velada al Acuerdo
de Cooperación Transpacífico (TPP) impulsado por Estados Unidos y en el que
justamente China fue dejada de lado. "Cualquier intento de excluirnos
mutuamente debe ser rechazado de forma tajante", afirmó.
En ese sentido, el mandatario
resaltó las ventajas de crear una zona de libre comercio del Asia Pacífico, un
objetivo que dará un paso adelante si en la reunión de líderes se aprueba el
estudio técnico preparado por los ministros de comercio exterior y relaciones
exteriores. "El área de libre comercio es muy valorada por la comunidad
APEC y le pedimos a los empresarios que la impulsen", señaló.
Finalmente, Xi reiteró el poderío
económico de su país dentro de APEC. "En los próximos cinco años
destinaremos 75 mil millones de dólares de inversión en otros países, habrá
700 millones de vistas de turistas chinos, y demandaremos billones dólares de
importaciones", proyectó.
Todos están expectantes. El
japonés Shinzo Abe, presente en la cumbre, se adelantó a todos y, antes de
viajar a Lima, se fue a ver a Trump en su torre para conocer de primera mano
sus planes. Los demás esperan a ver qué hace. Pero el mundo no se queda quieto
y todos parecen dispuestos a seguir adelante sin EE UU si el magnate opta por
el proteccionismo que prometió en su campaña electoral y que parece explicar
buena parte de su éxito en las urnas.